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JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR

  • V. P. Wierwille – G. M. Lamsa – K. C. Pillai – E.
  • 3 abr 2015
  • 26 Min. de lectura

"JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR", SE CELEBRA UN DÍA ESPECIAL, PERO MUCHAS VECES PIERDEN EL TEMA CENTRAL DE TODO Y ES POR ESO EL TITULO, PORQUE EN ESTOS DÍAS HABLAN MUCHO, POCO O NADA SOBRE AQUEL QUE PAGO NUESTRO PRECIO, EL QUE DIO SU VIDA A FAVOR DE TODOS NOSOTROS, Y SOBRE ESO TAMBIÉN SE CONOCE UN POCO MÁS, CASI ALGO O NADA, Y EL DENOMINADO CRISTIANISMO HOY EN DÍA CONOCE MÁS DE MUCHAS OTRAS COSAS, Y MENOS DE CRISTO, QUE ES EL TEMA CENTRAL DE TODA LA PALABRA DE DIOS, PARECE SER UN POCO LOCO TODO ESTO, PERO EN LA REALIDAD PRÁCTICA, EL ADVERSARIO FUE NUBLANDO EL CONOCIMIENTO DEL CRISTIANISMO, Y ESA REALIDAD PRÁCTICA SIMPLEMENTE SE LA PUEDE OBSERVAR EN SUS BOCAS, EN EL ANDAR DE LOS CRISTIANOS.

PERO AHORA BIEN, ¿USTEDES QUIEREN TENER UNA VIDA CRISTIANA?, LA RESPUESTA ESTÁN SIMPLE COMO TODA LA PALABRA DE DIOS, Y ESA RESPUESTA ES "INVOLUCRENSE CON NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO".

Y PARA ESTE DÍA, EL COMPARTIR VIENE DE LA MANO DE CUATROS HOMBRES DE DIOS QUE COMPARTIERON ACERCA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN Y QUE LE SEA DE PROVECHO PARA SUS VIDAS:

1). DR. VICTOR PAUL WIERWILLE - EL CUERPO PARTIDO Y LA SANGRE DERRAMADA - SANIDAD EN LA SANTA COMUNIÓN:

Gran número de cristianos están sufriendo de falta de fuerza e integridad física. En la mayoría de los casos su falta de bienestar se debe ya sea a enseñanza equivocada o a una falta total de enseñanza acerca de la materia que trata este estudio. La mayoría de los cristianos están completamente familiarizados con el significado de la sangre derramada pero no con el cuerpo partido en la ceremonia de la comunión. El aspecto del cuerpo partido del servicio de Comunión merece estudio y enseñanza.

El valor de este estudio sobre la vida abundante depende enteramente sobre qué posición retenga usted referente a la Palabra de Dios. Si usted cree que la Biblia es la Palabra de Dios y que es la respuesta de Dios a las necesidades del hombre, entonces usted será capaz de manifestar los resultados en su vida.

De acuerdo a Malaquías 3:6, Dios dice: “Porque yo Jehová no cambio…” El es el mismo todo el tiempo. Lo que El fue una vez, El siempre es. Lo que hizo una vez, el siempre lo hace. El Dios que yo conozco, que yo enseño y predico, y por quien yo trabajo, es el mismo Dios que el Dios de Abraham, David y Pablo. Dios no ha llegado a ser ni un poquito más débil a través de estos años.

La productividad de este estudio, gran parte, depende si usted está buscando o no liberación de la enfermedad. Si usted no está buscando completa liberación para su vida, sino una excusa para el cautiverio, este estudio no le será de provecho. Hay gente que cree que la voluntad de Dios para ellos es estar enfermos. Hay gente que cree que Dios es el autor de la enfermedad, el sufrimiento y toda clase de maldad para la humanidad. Hay gente que cree que Dios los hace mejor cristianos al mandarles enfermedades y dolencias. Todas estas posiciones son contradicciones directas a la Palabra de Dios. Dios no envía enfermedad, dolencia y pecado a la vida de nadie para hacerlo un cristiano más digno o más santo, ni tampoco envía Dios enfermedad y dolencia para probar a la gente.

Cuando la iglesia corintia estuvo manifestando enfermedad, división y contienda, Pablo no los aplaudió por sus enfermedades. El no dijo: “Que ustedes estén enfermos es una señal del amor de Dios”. Ni tampoco dijo Pablo: “Carguen su enfermedad pacientemente pues Dios los está probando”. El Apóstol Pablo, según la epístola a los Corintios, los reprendió y se esforzó por corregirlos por estar enfermos. El los reprendió no como individuos sino como una congregación, como cristianos, porque ellos no discernían el cuerpo del señor apropiadamente. Ellos no se daban cuenta de que Jesús, que fue sacrificado en la cruz del Calvario, había logrado en su cuerpo algo para ellos. Pablo señaló que ya no era necesario sufrir enfermedad y dolencia.

La era de la ley fue totalmente diferente a la era de la Iglesia. Deuteronomio 28:15-6 habla sobre la maldición de la ley, aquellas cosas que sobrevinieron a los hombres que eran desobediente a la ley.

- Deuteronomio 28:15

Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios,

para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos

que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti

todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

- Versículo 22:

Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor…

- Versículo 27:

Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores,

con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado.

- Versículo 28:

Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu.

- Versículo 35:

Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y

en las piernas… sin que puedas ser curado.

- Versículo 60:

Y traerá sobre ti todos los males de Egipto…

- Versículo 61:

Asimismo toda enfermedad y toda plaga… Jehová la enviará sobre ti…

La mayor parte de toda esta sección trata de enfermedad y dolencia.

La Iglesia, el cuerpo de creyentes, no está más bajo la maldición de la ley. Por la gracia de Dios por medio de Jesucristo somos ahora capaces de vivir la vida más abundante.

- Gálatas 3:13:

Cristo nos redimió de la maldición de la ley,

hecho por nosotros maldición (porque está escrito:

Maldito todo el que es colgado en un madero).

Si hemos sido redimidos de la maldición de la ley entonces no tenemos más la maldición sobre nosotros. “Cristo nos redimió [tiempo pasado] de la maldición de la ley…” Eso quiere decir que él nos redimió, no sólo de algunas de las cosas mencionadas en la maldición, sino de todas ellas, lo cual incluye enfermedad y dolencia.

Si la Iglesia ha sido redimida de la enfermedad y la dolencia, entonces, ¿por qué estaba enfermiza y débil la Iglesia corintia?

- 1 Corintios 11:29-30

Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir

el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros,

y muchos duermen.

La iglesia corintia estaba bien enterada de lo que la sangre de Cristo significaba, pero no estaban logrando discernir el cuerpo del señor.

No dice cuántos miembros tenía la iglesia corintia, pero se puede documentar el número en otro grupo del Antiguo Testamento. Algunos eruditos estiman que dos millones y medio de personas salieron de Egipto, porque fueron 600.000 hombres más esposas e hijos.

- Éxodo 12:37

Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot,

como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.

- Salmos 105:37:

…Y no hubo en sus tribus enfermo.

Siempre hay algo obviamente erróneo cuando hay miembros en la Iglesia que están débiles y enfermizos y la gente se está muriendo prematuramente. Si Dios puede sacar a dos millones y medio de personas de Egipto sin ninguna enferma entre ellas, entonces, ¿qué hay que El no pueda hacer en el día en que vivimos? ¿No hará Dios en esta Era de la gracia lo mismo, si no más, de lo que hizo en el tiempo de la ley? La grandeza de este día en que vivimos es mayor que la de los días de Moisés. Jesucristo se levantó de los muertos, el espíritu santo está en la gente cristiana con gran poder potencial.

Hechos 13:38,39 Sabed, pues, esto, varones hermanos:

que por medio de él se os anuncia perdón de pecados,

y que de todo aquello de que por la ley de Moisés

no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.

Los hijos de Israel habían estado en Egipto por cuatrocientos años y habían sido terriblemente maltratados por los patrones egipcios.

- Éxodo 2:23,24:

Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto,

y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre,

y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos

con motivo de su servidumbre.

Y oyó Dios el gemido de ellos,

y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.

Por 80 años Israel había estado esperando que apareciera su libertador.

- Éxodo 3:10

Ven… y te enviaré [Moisés] a Faraón, para que saques de Egipto

a mi pueblo, los hijos de Israel.

Y Dios los sacó bajo el liderato de un hombre llamado Moisés. Moisés llegó a ser el portavoz de Dios; y en preparación para la liberación de los israelitas esclavizados, Dios instruyó a la gente por medio de Su portavoz.

- Éxodo 12:3,6-8,11

Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo:…

tómese cada uno un cordero…

… lo inmolará… entre las dos tardes.

Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes

y en el dintel de las casas…

Y aquella noche comerán la carne…

…es la Pascua de Jehová.

Dios dio su Palabra; aquellos que oyeron y creyeron obtuvieron los resultados.

Dios le dijo a Moisés que él debería decirle a la gente que hicieran dos cosas: (1) tomar la sangre del cordero y rociarla en el dintel y los dos postes de las casas y (2) comer la carne. La sangre y la carne eran igualmente importantes, igualmente significativas en lo que concierne a la Palabra de Dios y al pueblo de Israel. Esto fue la Pascua de Jehová.

Quiero que usted note algo más. Cuando el Señor pasó sobre Egipto y los primogénitos de los egipcios fueron muertos, Dios protegió las casas de los hijos de Israel debido a la sangre que ellos rociaron en el dintel y en los postes. Sólo la sangre los protegió. El Relato de Éxodo no menciona nada acerca de ver un esqueleto o la carne del cordero colocada fuera de la puerta. Si algún padre hebreo hubiese dicho: “Oh, esa Palabra de Dios que Moisés está hablando es una tontería; yo no creo en esa clase de cosas. Es tonto matar un cordero y rociar la sangre sobre nuestro dintel de puerta, y luego pensar que el heridor no vendrá. Yo no lo haré. Yo rehúso escuchar a Moisés; él no puede ser el hombre de Dios”. Si el padre realmente hubiese creído esto, el hijo mayor de esa familia hubiese muerto junto con los primogénitos de los egipcios incrédulos.

Después de prestar protección a los hijos de Israel por el derramamiento de sangre, ¿cuál fue el propósito del mandamiento: “…comerán la carne…”? Dios les dijo que comieran la carne del cordero para que sus necesidades físicas fueran suplidas. Viendo a esos hebreos aquella noche en Egipto, ellos no lucían cambiados en el exterior. Pero algo había sucedido porque los israelitas actuaron según la Palabra de Dios.

La creencia se indica por medio de actuar según lo que Dios ha prometido. La gente hebrea guiada por Moisés demostró creencia. Dios les dio integridad física cuando comieron la carne del cordero, y literalmente tuvo piedad de sus vidas porque ellos siguieron Sus instrucciones al rociar la sangre. Ni un segundo antes de que comieran el cordero recibieron ellos integridad. Pero, esa noche cuando comieron la carne del cordero cuya sangre habían rociado sobre el dintel y los postes de la casa, ellos comieron salud, física para sí mismos. El heridor pasó sin herir a los israelitas obedientes, y a la mañana siguiente todos estaban completos en todos los aspectos.

Esta gente actuó según la Palabra de Dios tal como fue hablada por Moisés. Algunos de ustedes están diciendo: “Bueno si hubiese un Moisés hoy día, yo creería”.

¿Lo haría usted? Siempre que hay un hombre de Dios hablando la Palabra de Dios, usted tiene la Palabra absoluta. Cuando yo estoy predicando el evangelio, yo soy el hombre de Dios con Su poder en mí, y todo el que crea las palabras que hablo obtiene resultados cuando actúa según ellas. Esto promete la Palabra.

Así como la sangre del cordero fue el cubrimiento por los pecados de los hijos de Israel, así la sangre de Jesucristo fue vertida por el pecado. El cuerpo de Cristo fue ofrecido por las consecuencias del pecado (esto es, enfermedad, dolencia y necesidad) al igual que el comer la carne fue la sanidad para los necesidades físicas de los hijos de Israel.

- Mateo 8:17:

El mismo [Jesús] tomó nuestras enfermedades [estar incompletos],

y llevó nuestras dolencias.

Estas dos cosas Jesús hizo por nosotros pues él es nuestra pascua.

- 1 Corintios 5:7:

…porque nuestra pascua, que es Cristo,

ya fue sacrificada por nosotros.

En el pasaje de Éxodo 12, Israel estaba comenzando su jornada desde la tierra de Egipto, la tierra de esclavitud, a la tierra prometida. En esa jornada uno puede encontrar una verdadera comparación para la jornada de cada persona hoy en día. Describe la jornada que un cristiano puede hacer desde el tiempo de la esclavitud, la derrota y la frustración, hasta la vida más abundante. La única diferencia es que los hijos de Israel miraban hacia delante al tiempo de la cruz de Jesús, mientras que nosotros miramos hacia atrás a los logros en cruz de Jesús.

Cuántos hemos descuidado llegar a la gente de Dios con esta verdad acerca de la carga de nuestras dolencias por Jesús. Nosotros hemos enseñado que Jesús llevó nuestro pecado pero hemos descuidado el enseñar la otra mitad --que él “…llevó nuestras dolencias”. La Palabra de Dios es clara en cuanto a estas dos partes específicas en la muerte de Jesús. No estoy predicando una nueva doctrina, no estoy enseñando un evangelio nuevo; estoy enseñando el evangelio que Pedro, Pablo y el resto de los apóstoles enseñaron y predicaron, el cual trajo liberación a los creyentes. Yo creo en la obra completa de Jesucristo, no sólo para salvación del pecado sino también para salvación de enfermedad. Si Pedro puede decir: “…En el nombre de Jesucristo… levántate y anda”, yo también puedo, su pastor también, usted también, porque la Palabra lo dice. Estamos limitados sólo al punto en que limitemos la Palabra de Dios en nosotros. El, Jesucristo, cargó con nuestra enfermedad y nuestro pecado.

Los elementos de la Pascua para Israel son equivalentes a la Santa Comunión para la Iglesia. El cordero de Pascua tenía dos partes importantes: sangre y carne. Así también, la muerte del cordero de Dios tenía dos elementos: sangre y carne, simbolizados en la santa Comunión por la copa y el pan

- 1 Corintios 10:16:

La copa de bendición que bendecimos,

¿no es la comunión de la sangre de Cristo?

El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

- 1 Corintios 10:16 tiene los dos elementos descritos muy claramente; aun así por años no me di cuenta del gran poder de sanidad física en la comunión.Yo siempre creí que la “Celebración de la cena del Señor siempre ha sido considerada por la iglesia como el santuario más íntimo de toda la adoración cristiana”, como está asentado en nuestra liturgia de Comunión. Pero yo no había sido enseñado en las iglesias o seminarios a los cuales asistí que el cuerpo de Jesús fue dado por mi integridad física, aunque la Biblia dice que es así. La enfermedad ha venido sobre la Iglesia, aunque participamos de ambos elementos, porque no hemos discernido apropiadamente el cuerpo del señor.

- Salmos 103:3:

El [Dios] es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias.

Hay dos partes: pecado y dolencia, una es removida por la sangre del cordero y la otra por la carne del cordero.

- Isaías 53:5:

Mas él herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz

fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Este pasaje profetiza los logros del mesías prometido, Jesucristo. De nuevo, note los dos elementos: perdón y sanidad. La integridad tiene dos partes espiritual y física.

En el Antiguo Testamento hay siete nombres diferentes para Dios que describen su naturaleza. Uno de los siete es Jehová Rapha que es hebreo, y quiere decir: “…Yo soy Jehová tu sanador”. Como se da en Éxodo 15:26.

Una parte integral de la naturaleza de Dios es sanidad física. El señor, en el tiempo en que los hijos de Israel salían de Egipto, les dio la promesa: “Yo soy Jehová tu sanador”. El sigue siendo el mismo Señor hoy día. Satanás causa enfermedades y las dolencias. Dios hizo disponible la salvación y la sanidad.

- 1 Pedro 2:24:

Quien llevó él mismo nuestros pecados

en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,

estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia;

y por cuya herida fuisteis sanados.

Mientras Jesús andaba aquí sobre la tierra demostrando la voluntad de Dios, llegó el momento para el cumplimiento de aquellos que está relatado en 2 Corintios.

- 2 Corintios 5:21:

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,

para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Jesús, que no tuvo pecado, fue hecho pecado por usted y por mí: “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.

No hay palabras para describir el amor mostrado en la crucifixión de Jesús. Jesús, el hijo de Dios, sin ningún pecado --que no hizo otra cosa sino el bien para la gente, sanando sus cuerpos rotos y dándoles la Palabra de Dios-- ahora iba a ser crucificado por ellos. Le golpearon y entretejieron una corona de espinas para ponerla en su cabeza. Escupieron en su cara y le pegaron. Finalmente le guiaron por aquel escabroso camino al calvario.

- Juan 19:17:

Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera.*

La cruz que Jesús cargó estaba compuesta de todo lo que había en contra de nosotros.

- Colosenses 2:14

Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,

que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

Fue ese castigo físico por el cual él pasó que trajo nuestra sanidad. En Isaías 53:5 leemos: “por su llaga fuimos nosotros curados”, y en 1 Pedro 2:24: “por cuya herida fuiste sanados”.

Al final de su vida terrenal cuando le estaban golpeando y azotando, Jesús en su cuerpo físico estaba pagando el precio para la integridad física de la humanidad. Cuando él permitió que su cuerpo fuera golpeado y azotado, Jesús nos estaba redimiendo de la enfermedad y dolencia. No fue su cuerpo, sino su sangre la que fue derramada en el Calvario para la remisión del pecado

- Mateo 26:28:

Porque esto es mi sangre del nuevo pacto,

que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

Las palabras “sangre derramada” son una figura literaria y no quieren decir literalmente “sangre”, sino la vida ha salido de la sangre. La sangre de Jesús fue derramada --él murió-- para la remisión de los pecados, no por las enfermedades.

Jesús fue nuestro substituto completo. El fue nuestra pascua. Fue muerto por nosotros. En vez de tener que vivir bajo la maldición de la ley, ahora somos libres de esa maldición. Ahora vivimos por gracia por medio de creer en la obra finalizada de Jesucristo, el cordero de Dios.

Cuando usted y yo creamos y conozcamos nuestros derechos legales en Cristo, y cuando conozcamos y creamos en el significado total de la Santa Comunión, no toleraremos más las enfermedades. Las enfermedades y el pecado pierden su poder sobre nosotros cuando discernimos apropiadamente el cuerpo y la sangre del señor.

La copa en la Santa comunión representa la sangre de Jesucristo; el pan representa el cuerpo de Cristo. Ya que Jesús llevó mi pecado y enfermedad en la cruz del Calvario, entonces cuando vengo a la Comunión en memoria de él y como de ese pan y bebo de esa copa, tengo sanidad y perdón de pecados porque “llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero…por cuya herida fuisteis sanados”.

El señor Jesús instituyó este nuevo pacto de la Santa Comunión simbolizando su sangre y su cuerpo.

- 1 Corintios 11:23-25:

…Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:

Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;

haced esto en memoria de mí.

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,

diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;

haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

La iglesia corintia fue amonestada a seguir celebrando la cena del señor. Después de dar cada elemento, la escritura dice: “haced esto en memoria de mí”. No sólo es hacerlo, sino “hacerlo en memoria de Cristo”

Para tener memoria de alguien o de algo, primero tenemos que tener conocimiento concerniente a esa persona o cosa. Tenemos que saber lo que Cristo logró por su muerte antes de poder tener memoria de los resultados de su sufrimiento y muerte por nosotros. Actuar según la promesa de Dios trae el resultado que Dios dijo que traería.

- Romanos 10:11:

La Escritura dice: ningún hombre

que crea en él--que se adhiera a,

se atenga a y confíe en él--será [jamás] avergonzado o desilusionado.

[Traducción amplificada.]

Vaya a la mesa de Comunión sabiendo que sus pecados están perdonados y que por su herida fue usted sanado. Esto no depende de los sentimientos que usted pueda o no tener; depende de los logros de Jesucristo.

Al serle servido el pan, recuerde que Cristo dijo: “Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido”. Con creencia reciba y dele gracias a Dios por su integridad física como espiritual.

2). GEORGE M. LAMSA - MÁS CERCA DE JESÚS

En el transcurso de los últimos veinte siglos el mundo ha pensado, hablado y escrito acerca de Jesús más que sobre cualquier otro hombre.

Casi todos los grandes hombres que han alcanzado notoriedad mundial han influenciado el corazón de hombres y mujeres. Han pasado a ser inmortales en la historia. Algunos son venerados por sus seguidores y admiradores. Grandes reyes y emperadores, mucho después de su muerte, siguen siendo recordados a través de su poder, gloria y conquistas en el mundo. También hubo hombres que debido a su fortuna y carácter fueron en un tiempo elevados al rango de deidades, y que después han caído en la oscuridad y el olvido. Hubo hombres que nacieron y envejecieron como dioses, y la forma en que

rendían sus cultos y filosofías llegó a ser legendaria. Nuevos santuarios han sido construidos y dedicados, y otros antiguos repudiados y demolidos. Los profetas viven a través de su inspirada literatura. Los héroes son honrados por sus generosos hechos.

Ninguno de ellos ha superado a Jesús, y ninguno ha sido capaz de quitarlo de los corazones de los hombres que le admiran y veneran.

Reyes y reinos se inclinan en oración ante él y coronas son sometidas con su cruz. El mundo nunca reverenció y veneró a ningún otro hombre como a Jesús. La humanidad no conoce otro nombre más dulce tanto en el cielo como en la tierra. Ha recibido reconocimiento y reverencia a través de muchas maneras, sin embargo él nunca buscó seguidores que le reconocieran honrándolo o venerándolo, ni tan siquiera intentó formar un nuevo sistema de culto que suplantase al del judaísmo. Él menospreció el honor, la publicidad y la popularidad. Se rehusó a ser llamado Rabí. Instruyó a sus discípulos a que a nadie llamasen Maestro, o a que no procurasen los primeros asientos en fiestas y casamientos. No quería nada de los hombres, sólo anhelaba hacer la voluntad de su Padre. Él vino, no para que los hombres se sacrificasen por él, sino para que él pudiera

ser sacrificado para o a favor de ellos.

Piensa en esta era científica en la cual vivimos. Misterio tras misterio se pone en evidencia y al descubierto; secreto tras secreto es revelado. No hace ahora muchos siglos atrás, se pensaba que la tierra debía ser el planeta más grande del universo, ahora sabemos que la tierra es uno de los más pequeños astros comparado con otros planetas o estrellas. Y sin embargo, a través de todos estos siglos de pensamiento, descubrimientos e investigación, el mundo aun se encuentra más ansioso que nunca por adquirir un mayor conocimiento de Jesús, de su vida y sus enseñanzas. Toda la luz que la ciencia nos ha traído en la nueva era no ha servido de ayuda suficiente para revelarnos la faz interior de su vida y sus enseñanzas, ni ha servido de ayuda para aproximarnos más a él. Todo lo contrario, ha servido más bien para desarrollar nuevos credos, edificar nuevas sectas y ha contribuido mucho para el deterioro de la Cristiandad. Sabemos menos acerca de Jesús ahora que lo que sabían sus seguidores en el primer siglo. Aunque muchos crean lo contrario, él no fue ni un filósofo, ni un mago. Nació en una familia humilde y en una humilde ciudad, y fue criado entre un pueblo sencillo donde la simplicidad y la pobreza eran la más patente realidad en la vida, y nunca habló o pensó de manera abstracta o confusa.

Jesús fue inspirado por las promesas que Dios le había hecho a la gente de su fe: el pacto sagrado que había establecido con Abraham, Isaac y Jacob. Siendo como era un patriótico judío, anheló con gran esperanza el cumplimiento de este pacto. Predicó un evangelio con palabras sencillas, derivadas del lenguaje diario común e ilustrándolo con historias que todos reconocían, porque a todos les resultaban comunes –un evangelio asimilable para los pobres de su tiempo. Escogió como compañeros a gente también sencilla, considerados como parias e ignorantes por los eminentes maestros religiosos de entonces. Jesús, además, hablaba con aquellas parábolas que eran tan características y comunes de todos los maestros orientales, de manera que estos iletrados hombres pudiesen entender y retener el contenido de sus enseñanzas.

El mundo tiene, sin embargo, una imagen y retrato muy distinto de Jesús. Algunos transformaron su sencillo evangelio en un código de filosofía que sólo los filósofos y teólogos pueden comprender, y escribieron laboriosos comentarios intentando explicar su filosofía; según piensan estos, Jesús era un filósofo de teorías abstractas y profundas.

Otros han intentado retratarlo de la manera como se imaginaron que debería ser. Otros lo han idealizado como un dios de dioses, despojándole de su humanidad, y sus enseñanzas de vida las interpretan como dogmas teológicos y misterios. Y otros, sin

embargo, lo han reducido a un hombre común y mortal. No podemos pasar por alto su humana personalidad y sus atributos humanos, y al mismo tiempo pensar en él como alguien que tuvo hambre, sed y que murió por nosotros. Él seguramente compartió con nosotros todo esto como humano. Un dios nacido, humillado y asesinado, no puede servirnos de ejemplo. Sin embargo él fue algo más que un común mortal para sus contemporáneos y también para nosotros.

Jesús, sin duda alguna, es un misterio y nunca será plenamente comprendido. Pero innecesariamente multiplicaremos las dificultades sacándolo de su contexto oriental y pensando de él en los términos de la cristiandad occidental actual y enteramente a la luz de nuestra compleja vida social. Los estímulos de nuestra rápida transformación durante los últimos nueve siglos han hecho que seamos como relojes que se mueven siempre hacia delante. Pensamos con la vista puesta en el futuro y nos olvidamos del pasado.

Nuestra religión y culto han crecido lado a lado con nuestra vida social y económica; nuestras iglesias son organizadas con los mismos principios de negocios que gobiernan nuestras instituciones industriales. Nuestras escuelas, colegios y universidades gradúan predicadores de la misma forma en que gradúan abogados, doctores y políticos.

En los días de la antigüedad, sin embargo, los profetas eran llamados por Dios, y los hombres religiosos eran seleccionados solamente teniendo en cuenta los parámetros que representaban los intereses morales de la gente. En estos días modernos, en vez de levantarnos nosotros mismos por encima de nuestros intereses materiales, lo que hacemos es intentar que la religión forme parte de nuestro orden social. Vivimos en una era científica con un orden social artificial; y aun así queremos ver milagros como aquellos que sucedieron dos mil años atrás a gente que creía en ellos y que vivía mucho más próxima de la naturaleza. Y como no vemos que ocurran ahora, nos interrogamos si verdaderamente sucedieron en el pasado. ¿Para que necesitamos de milagros en una era de aeronaves, la radio y ferrocarriles? ¿Para que necesitaríamos de sanadores, con todos

nuestros médicos y hospitales? ¿Es posible que nuestros genios religiosos crean realmente en sanidades? ¿Han intentado realizarlas alguna vez? Se da el hecho de que algunos que lo han intentado y han tenido éxito, han sido condenados y acusados de

fanáticos. Y sin embargo el ministerio de sanidad en la vida de Jesús era una de sus prácticas más habituales.

La mayor parte de la gente supone que Jesús vino y llegó a ser parte de un mundo que se encontraba vacío de religión, y que enseñaba a la gente de una manera sobrenatural revelando pensamientos e imaginaciones hasta entonces desconocidos. Sin embargo, en nuestro superficial conocimiento, no podemos darnos cuenta y caemos en la ignorancia de que el mundo nunca estuvo tan listo y preparado para recibir el nuevo Evangelio

como en los tiempos en que Jesús vivió. Por detrás de la cristiandad permanecía la influencia y experiencia de más de trescientos años. Alrededor de todo el mundo civilizado había en aquellos días movimientos religiosos que procuraban un común

entendimiento y unificación. Todos los sistemas religiosos que existían y predominaban en aquel tiempo estaban desgatados, eran corruptos e impopulares. Hubo escuelas de religión en Egipto, Grecia y Persia. Los eruditos y filósofos en aquellos países se esforzaban en buscar un modelo de religión universal que colmase las necesidades de la humanidad sin tener en cuenta distinciones geográficas y raciales. Pero sus intentos

fracasaron, dejando solamente un despedazado material para sus sucesores.

El hecho más impresionante acerca de Jesús es que él, siendo un simple campesino libre de cualquier pasado político y religioso, hubiese sido capaz de formular una doctrina que se dirigiese a las almas de toda la humanidad, y que dejase detrás de él una

invencible influencia que todavía permanece y va a permanecer por toda la eternidad, a pesar de todas los cambios políticos, sociales y económicos provenientes del mundo.

Grandes profetas, tales como Moisés y Elías, le habían precedido por muchos siglos. Las Sagradas Escrituras fueron puestas en libros. Antiguos cultos orientales fueron desapareciendo y nuevas religiones con nuevos mensajes fueron ocupando sus vacíos.

Escuelas de aprendizaje emprendieron la búsqueda del conocimiento y de la salvación. Como conquistador, él fue precedido por poderosos emperadores asirios, egipcios, persas y griegos. Como profeta, él procede de la línea directa de los visionarios hebreos, que aclamaron y predijeron la venida de un Salvador. Como filósofo, vino al mundo 400 años después de Sócrates y Platón. Jesús, por otra parte, vino a un mundo regido

por un gran imperio que había establecido la paz y el orden, cuya organización militar e instituciones no fueron igualadas por ninguna otra nación hasta principios del siglo XX, y cuyas leyes se convirtieron en las leyes del mundo.

Algunos han olvidado el pasado y piensan que Jesús vino como un príncipe a un mundo donde todo había sido de antemano preparado para él, con un programa e itinerario bien planeado con antelación. Pero al contrario de lo que se cree, él se inició en su ministerio con poca o ninguna fama y popularidad. Era para la mayor parte de la gente de su tiempo un desconocido. Trabajó dentro de un círculo limitado y finalmente lo mataron como a un malhechor.

El intento en este libro es encuadrar a Jesús y llevarlo de vuelta al lugar y la época donde él vivió cuando andaba en esta tierra, interpretar sus dichos provenientes de la lengua aramea que habló, y considerar las respuestas que dio a las preguntas que le

hicieron en su forma original. Podremos entenderlo mejor, cuando nos acercamos a él desde el punto de vista de la gente de su raza y su tiempo.

3). BISHOP K.C. PILLAI - LUZ A TRAVÉS DE UNA VENTANA ORIENTAL - EXTRACTO "MUERTE Y SEPULTURA"

la muerte más importante y significativa en la historia de la

humanidad, la crucifixión de Cristo. Me gustaría mencionar solamente unas pocas ideas.

En primer lugar, ¿Sería Jesús quien cargó su propia cruz o fue cargada por Simón de Cirene? Uno de los escritores, Juan, nos da la primera de las hipótesis: los otros tres dicen que la segunda. ¿Quién tiene razón? Yo estoy convencido de que

todos la tienen, debido a una costumbre oriental: de colocar una pequeña cruz alrededor del cuello del condenado en señal de culpabilidad. Esta fue la cruz que Jesús cargó; aquella otra donde fue crucificado fue transportada por Simón.

Es interesante notar que a Jesús le ofreciesen “vino mezclado con mirra; mas él no lo aceptó” (Marcos 15:23). Esta era una manera de anestesiar que se utilizaba con las personas que iban a ser operadas o crucificadas; fueron mujeres compadecidas que

se lo ofrecían a Jesús para atenuar su dolor. Pero Cristo no lo aceptó, porque él prefirió cargar con todo el sufrimiento cuando murió por nosotros.

Observe en Mateo 27:46: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo, Elí, Elí, lama sabactani, Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” En Marcos también se encuentra registrada esta misma frase (Marcos 15:34).

Me gustaría comentar esta aparente contradicción, porque algunos críticos la utilizan para decir que la Biblia está llena de mentiras, y que los escritores del evangelio ni tan siquiera concuerdan entre sí en las últimas palabras de Jesús.

La frase “Elí, Elí, lama sabactani” es una frase escrita en la lengua aramea que aparentemente no ha sido traducida al español durante muchos siglos. Cuando por fin alguien se aventuró a traducirla, parece que tuvo por bien copiar el primer

versículo del Salmo 22, que ocasionalmente se encuentra mal traducido también en la versión Reina - Valera. El Salmo 22:1 debería decir, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me

has permitido vivir?”

Existen en el mundo muy pocos escolares de la lengua aramea, una vez que deben ser unas 20.000 personas las que todavía existan y que hablen esta lengua Galilea arcaica, que es la lengua que Jesús habló. Sin embargo, estos escolares aseguran que la frase debería escribirse: “Elí, Elí, lemana Shabakthani y que su correcta traducción es: “! Dios mío, Dios, para esto fui reservado!” o, “! Este era mi destino!” Compare esto ahora con las palabras registradas por Juan (Juan 19:30): “Consumado

es,” o como son traducidas en el texto Peshitta: “Ya se cumplió todo.” ¡Sustancialmente, las dos frases concuerdan muy bien! Amigos míos cristianos, no le permitáis a nadie deciros que la Biblia está llena de contradicciones. Es cierto que han sido hechos y que contiene un cierto número de errores en su traducción, pero podéis tener la certeza que la Palabra original, como le fue dada a los santos hombres de Dios que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2ª Pedro 1:21) era perfecta, ¡del mismo modo que Aquel que la dio es perfecto! Con el descubrimiento de los manuscritos antiguos, y cuando sean hechas las subsecuentes comparaciones, la mayoría, si no la

totalidad de estos errores podrán ser corregidos. ¡Y que Dios siga bendiciendo aquellos que creen a pesar de los errores!

Algunos estudiantes Bíblicos se ofenden con la frase: “Para esto fui reservado,” en vez de “¿por qué me has abandonado? Porque fueron instruidos con la segunda que aquel fue un grito del aspecto humano de Cristo, y que en ella se encuentra resumida todos los pecados del mundo sobre Cristo delante de Dios. Dios

no podía soportar el verlos, y que por eso abandonó la escena durante un cierto tiempo. Esto no es más que una loable intento de explicar esta frase, pero no concuerda en absoluto con el resto de la Escritura.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y Él no se contradice a Si mismo. Hay muchas, muchas partes en la Biblia donde Dios promete: “Yo nunca te abandonaré,” y Jesús dijo también: “Mi Padre y yo uno somos.”

El último grito de Jesús fue un grito de victoria. El enfrentó su sufrimiento de buena voluntad tal como el soldado que cae en la batalla por su patria. Si un soldado está dispuesto a morir por su patria, ¡cuanto más Cristo se entregó de todo corazón y murió para que nosotros pudiésemos obtener la vida eterna!.

4). DR. ETHELBERT WILLIAM BULLINGER - EXTRACTO "EL JUICIO DE LOS VIVOS Y LOS MUERTOS"

“PORQUE ES NECESARIO QUE TODOS NOSOTROS COMPAREZCAMOS ANTE EL TRIBUNAL DE CRISTO”. 2ª Corintios 5:10.

“CUANDO EL HIJO DEL HOMBRE VENGA EN SU GLORIA, Y TODOS LOS SANTOS ÁNGELES CON ÉL, ENTONCES SE SENTARÁ EN SU TRONO DE GLORIA Y SERÁN REUNIDAS DELANTE DE ÉL TODAS LAS NACIONES; Y APARTARÁ LOS UNOS DE LOS OTROS, COMO APARTA EL PASTOR LAS

OVEJAS DE LOS CABRITOS”. – Mateo 25:31, 32.

Nuestro tema esta tarde es “el juicio de los Vivos y los muertos”. He utilizado esta expresión, porque está en las palabras de la Escritura (2ª Timoteo 4:1): y además porque es un término que estamos acostumbrados a emplear en todos nuestros Credos.

La palabra “juicio” no es, por sí misma, necesariamente inclusiva de recompensas y castigos, porque a menudo se utiliza hablando simplemente de regla y gobierno. Por eso, como una característica del futuro y glorioso reinado de Cristo en la tierra, leemos que “Él juzgará a tu pueblo con justicia”, “Él juzgará a los afligidos de la tierra” (Salmos 72:2, 4), y una vez más, “Él vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con

verdad” (Salmos 96:13).

La totalidad de este justo gobierno es denominado “el Día del Señor” porque será el día de los juicios del Señor. El día presente es denominado “el día del Hombre” * (1a Co. 4:3) porque es el día cuando los hombres se juzgan unos a otros, pero está para llegar otro día cuando el juez sea el Señor. Ese día se inicia con juicio, el juicio corre a través de él, y con juicio se acabará.

*Es importante que notemos estas definitivas expresiones de la Palabra de Dios.

1. El “día del Hombre” (1ª Co. 3) es este tiempo presente, y se mantendrá vigente hasta 2. “El día de Cristo” (Filip. 1:6, 2:16) que es el día de la presencia de Cristo con sus santos en los Celestiales, donde sus servicios son examinados, sus coronas otorgadas, y las bodas del Cordero celebradas. En el cielo es el “día de Cristo”, pero en la tierra es el día del Anticristo; y ese día se mantiene hasta 3. “el Día del Señor”, cuando Él vuelve a la

tierra con Sus santos para juzgar, y gobernar, y reinar durante mil años; y este día se mantiene hasta 4. “El Día de Dios” (2ª Pedro 3:12) al cierre del Milenio, cuando Cristo entregue el Reino a Dios el Padre” “para que Dios sea todo en todos” (1ª Cor. 15:24-28).

Vea un panfleto sobre este tema, “CUATRO PERIODOS PROFÉTICOS”, por el mismo autor.

Todos los gobiernos tienen sus departamentos jurídicos, y así será también este futuro Gobierno del Señor, también tendrá sus sesiones y ocasiones judiciales definitivas. Las tres escrituras que acabo de leer, nos ponen delante nuestro tres definitivas y distintas escenas de juicio.

En conexión con esto, es interesante e importante que notemos, que el Señor Jesucristo es el ejecutor de todos los juicios. Él fue injustamente juzgado por el hombre, y Él será el juez de los hombres. La escena de su desprecio se volverá en la escena de Su triunfo.

La Escrituras son muy explícitas en este punto. “Él ha establecido un día en el cual juzgará él al mundo con justicia, por medio de aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:31); “El Padre le dio al Hijo”

(Juan 5:22. Él se levantó de la muerte siendo “el Hijo de Dios”, pero es en su cualidad de “el Hijo del Hombre” que Él ejecuta el juicio (vea Juan 5:25, y 27).

Toda la cuestión del juicio se basa en el inmutable propósito de Dios, el conocimiento infinito de Dios, y la infalible palabra de de Dios. Nadie puede cuestionar Su poder; nadie puede dudar su verdad. “Aquel quien lo ha dicho ¿no lo ejecutará? Habiendo

hablado, ¿no lo perfeccionará?”

En cuanto a los tiempos de estos juicios, está escrito que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace”.

(Eclesiastés 3:1, 17). Todo es ordenado y puesto en orden por Dios.

Y aquí permítanos que les recordemos de nuevo otra cosa, y es que todo esto no es una cuestión de opiniones de hombre, ni tampoco una cuestión de diferencia alguna de opinión, sino que es totalmente una cuestión de revelación. Si sabemos todo lo que las Escrituras dicen acerca de este tema, entonces conocemos todo lo que podemos saber. Si no sabemos todo lo que las Escrituras dicen, entonces tenemos que estar “errados” porque está escrito “erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. Siempre han existido y existen escuelas de teología, sistemas de doctrina, líneas de pensamiento, pero si esto es todo lo que

la doctrina es, entonces el hombre puede hacer lo que le plazca acerca de ella, y aceptarla o rechazarla, o creer concerniente a ella lo que le parezca. Pero si es Dios quien habló, entonces se acabaron todos los argumentos. Nosotros solo tenemos que reverenciarla y creerla.

ESPERO QUE TENGAN UN HERMOSO Y MARAVILLOSO DÍA, QUE DIOS LOS SUPER BENDIGA EN TODO, PERO NUNCA SE OLVIDEN DE H.E.L.

OTRA LECCION PARA LA VIDA DE ALIENTO Y LA VIDA ESPIRITUAL

SI DIOS ES POR NOSOTROS ¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS? - C.A.N.R.

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