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DIOS NUESTRO PADRE

"DIOS NUESTRO PADRE" EL PRÓXIMO COMPARTIR ES DEL ESTUDIOSO DE LAS COSTUMBRES Y EXPRESIONES ORIENTALES - GEORGE M. LAMSA.

DISFRÚTENLO:

Los judíos, a pesar de ser una raza humilde que fue a menudo derrotada por sus enemigos y, algunas veces, llevada en cautiverio y humillada, se jactaban con orgullo de que eran hijos libres de Abraham. Como raza, tenían muy poco de qué enorgullecerse a excepción de su Dios invisible y su sagrada adoración declarada por Abraham, y evidenciada y moldeada por Moisés y los profetas, pero ahora corrompida por las tradiciones de los ancianos. Su padre Abraham fue simplemente un siervo del Dios a quien los judíos tan misteriosamente adoraban.

La ancestral tradición judía, tan sagradamente observada por todos los leales y patrióticos judíos, no le afectó a Jesús en absoluto. El Dios de los cielos, tal como lo concebían los sacerdotes, se reducía solamente a un señor dominante, un dios celoso, hambriento y sediento de la carne de los sacrificios y la sangre de los animales. El Dios de los hebreos en los tiempos antiguos, sin embargo, había sido muy diferente, había cuidado de su gente y suplido todas sus necesidades,los libertó de la esclavitud y los guió por el desierto hacia la tierra prometida. Ahora,según los sacerdotes, pareciera que Dios fuese tan dependiente y necesitado de su gente, como su gente había sido de Él en el pasado. Ni tan siquiera sus normas éticas parecían ser más altas o nobles que las de los dioses paganos a quienes los mismos judíos tanto despreciaban. Jehová, además, seleccionando sus sacrificios,parecía estar más interesado en recibir sacrificios, que en la restauración del alma del adorador. Y parecía más celoso de su gloria que del bienestar de su pueblo. Él era el Padre de la nación judía, pero no para amar y cuidar a los miembros de su raza, sino para ser temido y servido por ellos.

La pompa de las ceremonias mezclada con la adoración mística al señor de la guerra de Israel, era de hecho ajena al concepto de Dios que tenía Jesús. Para los judíos, la oración se había convertido en un deber, la religión era sencillamente una función, y al Padre amoroso lo convirtieron en un tirano gobernante. Los dogmas y tradiciones de los ancianos y el sistema corrupto de sacrificios llevado a cabo por el sacerdocio profesionalizado, fueron creando con el pasar de los siglos una falsa y muy arraigada concepción “deísta” de Dios. Al Creador de la tierra y la humanidad lo muestran como si no tuviera nada que ver con sus hijos,como si ellos no le importasen para nada; su única aproximación se hacía a través de sacrificios y mediante los sacerdotes. La salvación de los hombres dependía de su obediencia a la ley que establecían, y la religión se unió así al Poder del Estado. Jehová era el gobernante supremo de ambos, pero a los hombres se les instruía a prestar primeramente lealtad a las tradiciones de los sacerdotes antes que a Jehová. En realidad, el Dios de Israel estaba muy lejos de ser considerado un padre, antes bien parecía un dios pagano, atento y vigilante nada más que para recompensar a “sus más fieles.”

En Oriente, son las deidades paganas de una manera invariable las que presiden la fertilidad agrícola de los campos. Se supone que traen prosperidad y hacen llover bendiciones sobre los campos de quienes las veneran. En este aspecto eran mejores que Jehová, que parecía enterraren la miseria a los que lo veneraban, más inclinado para destruir que para edificar, y parecía estar más preocupado en la venganza que en perdonar la fragilidad humana.

Pero el verdadero concepto de Dios como Padre, tal y como se le reveló a Jesús, no lo adquirió tanto por el conocimiento de las Escrituras, como por las experiencias que vivía en su temprana juventud. Había visto, por ejemplo,a los pastores en busca de agua y pasto para sus ovejas. Los pastores amaban de tal manera a sus propias ovejas, que arriesgarían sus vidas por ellas. Al contrario de aquellos otros pastores que eran contratados y pensaban más en su salario que en el verdadero bienestar de sus rebaños. Los padres terrenales amaban a sus hijo sin condicionalmente. ¿!Cuánto más el Padre celestial, fuente de amor eterno, no haría por sus hijos sin ningún pensamiento de recompensa debido al comportamiento!?

Un oriental a menudo se dirige a su convidado o su criado llamándole "mi padre." Llamar a un hombre padre, es el mayor honor que alguien le puede otorgar a su amigo. Esto no quiere decir, sin embargo, que las personas orientales no estén orgullosas de su verdadero padre y sus antepasados. "Yo soy hijo de mi padre, voy a hacer lo que él manda,” diría un asirio. No hay nada más querido para él que sus lazos familiares tradicionales. Por otro lado, si la relación por el lado materno es más importante que la paterna, o si el padre murió siendo sus familiares todavía jóvenes, los niños en ese caso suelen ser llamados por “hijos de sus madres.” Por ejemplo, Joab era conocido como el hijo de Sarvia, y Jesús fue llamado "el hijo de María".

Jesús también usó el nombre Barnasha "hijo del hombre". Este término es utilizado por las personas que hablan arameo para referirse a la humanidad en general, o a un individuo varón;también se refiere a uno cuya identidad paternal se desconoce, o para distinguir a los seres humanos de la creación animal.

Se supone que José murió cuando Jesús tenía poco más de doce años de edad.Porque nada se dice en los Evangelios sobre José después de su regreso de Jerusalén, cuando Jesús fue llevado para ser presentado a Dios en el templo. Por otra parte, la madre y hermanos de Jesús son mencionados a menudo en los Evangelios. Durante los años en que fue creciendo en edad y sabiduría se olvidó de su padre terrenal.

Nacido en una familia de campesinos, criado en la pequeña aldea oscura de Nazaret, Jesús no tenía nada que presumir acerca de su linaje en José. Él no era más que un carpintero que hacía pequeños trabajos en la ciudad, una ocupación considerada despreciable por un oriental. Sus antepasados fueron titulados por los judíos como los invasores que vinieron de Asiria, a quienes la raza judía había repudiado fuertemente por boca de Zorobabel y otros ancianos en siglos anteriores. Otros hombres a menudo hablaban con orgullo de sus padres, porque sus familias en el pasado habían pertenecido a la nobleza.

Un padre del Este en general se pone siempre del lado de su hijo, tanto da que su hijo esté cierto o errado a la hora de pelearse con otros jóvenes. Jesús no tenía a nadie que luchara por él o que vengase sus agravios. Pero a pesar de haber sido un joven que creció sin padre, a veces era protegido por algunos de los amables hombres orientales que no trataban a un niño huérfano de manera injusta.

A menudo dicen: "No lo golpeéis, su padre está muerto." En el Oriente un huérfano se conoce como un hijo de Dios. Jesús no dependió de nadie más,sino sólo del Padre invisible universal, Quien se reveló a él como siendo Su única fuente de amparo. Su fe en Dios como su protector se fue haciendo gradualmente más fuerte y más vital, una vez que los sueños de un padre terrenal se habían desvanecido. Siendo manso y humilde en sus modales,los hombres y las mujeres lo denominaron "Hijo de Dios," en arameo, Ear-aloha. Este es el nombre que el pueblo de habla aramea le da a un joven humilde. A un hombre de más edad se le llama "El hombre de Dios Nasha tfalaha. Jesús se encuentra ahora tan cercano y próximo de su Padre Celestial que instruye a sus seguidores a no llamarle padre a nadie más, " Porque Uno solo es vuestro Padre, el que está en el cielo."

En el Oriente no resulta raro llamar a Dios "mi Padre",y para nombrar a los hombres decir "hijos de Dios." Dios llamó a David, Salomón y Ciro "mis hijos". David exhortó a Salomón a mirar a Dios como su padre. La expresión "Mi padre y yo uno somos" significa: "Lo que estoy haciendo es la voluntad de mi padre. Mi padre haría lo mismo, estamos en todo de acuerdo."

Jesús reveló de esta forma al Dios de Israel, no sólo como el padre de Abraham, Isaac, Jacob y de los judíos, sino también como el Padre de los galileos, de los gentiles y de los pecadores, que se complace más de ver a un pecador arrepentido que a noventa y nueve hombres justos. El Dios del universo puede ser adorado no sólo en Jerusalén y Samaria, sino en todas partes. "Dios es Espíritu, y los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad", le dijo Jesús a la mujer de Samaria.

En su revelación del Padre universal, Jesús descartó todas las ceremonias mágicas, rituales, sacrificios, templos, y las largas oraciones. El Padre de Jesús es el padre de todos los hombres. Él puede ser abordado a través de una corta y sencilla oración dirigida a "Nuestro Padre universal." Esta oración dada por Jesús en arameo aún se emplea todos los días, en su forma original, por el pueblo asirio:

Avon dvashmaya nithkadash shmakh: taty malcothakh: nehwey semanakh alcanna dvashmaya op barah. Havlan lakhma dsonkanan yomana: waskboklan khoben: alcanna dop khnan shbakn Ikhayaven. Oola talan Inisuna ella pasan min bisha: mittol ddilakhye malcotha okhela ootishbokhta: lalam almin: Amen

GEORGE M. LAMSA - MI VECINO JESÚS

QUE TENGAN UN HERMOSO Y GRAN DÍA, QUE DIOS LOS SUPER BENDIGA EN TODO Y NUNCA DEJEN DE H.E.L.

OTRA LECCION PARA LA VIDA DE ALIENTO Y LA VIDA ESPIRITUAL

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