FEBRERO 2016 - TEMA "CREENCIA"
EL PRÓXIMO COMPARTIR DE BISHOP K.C. PILLAI ES TITULADO "EL ÁRBOL SICÓMORO" DISFRÚTENLO:
"Muchos de vosotros os preguntáis qué es lo que estoy haciendo aquí en el Occidente. Pues bien, lo que hago es contarle a la gente las costumbres de las personas en el Oriente, porque la Biblia es un libro Oriental, cuyos incidentes se cuentan a la manera como allí se dicen las cosas, les muestro como los Orientales ven la vida y en la forma como la viven. Es un privilegio para mí mostraros estos asuntos acerca de la manera de pensar y de vivir de los Orientales, para que podáis apreciarlos mejor y comprenderlos. El propósito que persigo, es elucidar a las personas en el Occidente con respecto a la manera de pensar y de vivir Oriental, como se encuentra registrada en las historias de la Biblia. No me detendré hablando de otros Orientalismos que no sean los que encontramos escritos en la Sagrada Palabra de Dios.
Quiero hablaros sobre los versículos 5 y 6 del capítulo 17 del Evangelio de Lucas, que dice, "Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería." Aquí se puede ver bien la manera de hablar y de pensar de la gente en Oriente. Los discípulos le piden al Señor que les aumente su fe; Y les responde que la tendrían envuelta en dos aparentes cosas sin sentido alguno: ¡La semilla de mostaza y el árbol sicómoro!!
El Señor podría haberles respondido de muchas maneras el pedido; les podría haber dicho que "ya tenían la suficiente fe," o les podía haber respondido que "bueno, sí, yo os doy más fe," o también podría haberles dicho que "no les daría más fe," sin embargo, como era un hombre Oriental, les respondió de la manera que ellos le pudiesen entender. Les hablo de la semilla de mostaza. Ahora bien, ¿Qué es la semilla de mostaza?
La semilla de mostaza del Oriente es la más pequeña de las semillas, es de color negra, y puede ser depositada en el ojo, y la persona ni se daría cuenta de que la semilla la tiene en su ojo. Sin embargo la semilla de mostaza Oriental crece hasta convertirse en un árbol, tan grande como un manzano de estos que tenéis en Occidente. Esa es la razón de por qué Jesús dice, en Lucas 13:19: "Es como un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se hizo árbol grande, y las aves de los cielos anidaron en sus ramas."
Así que no os penséis que vuestras semillas de mostaza aquí, tienen algo que ver con las semillas de mostaza Orientales, ni vuestras plantas se parecen con las nuestras, así como ocurre con la semilla mostaza Oriental. Eso es por lo que Kipling dijo, "El Oriente es el Oriente, Y el Occidente es el Occidente, y nunca sus ramas se van a tocar jamás." Las flores y los frutos, y hasta los animales son diferentes de los vuestros. Para que te hagas una idea, te voy a dar un ejemplo: A mí me gusta montar a caballo, y mientras me encontraba en Inglaterra, tres o cuatro amigos míos me convidaron a dar mi primer paseo a caballo con ellos en Inglaterra. El caballo estaba galopando demasiado deprisa y yo estaba queriendo que suavizase el paso, así que le dije al caballo, como le decimos en India, "Tch, tch." Todos los caballos árabes saben y fueron enseñados a parar cuando escuchan decir "Tch, tch," y a soltase al galope cuando les dices, "Whoaa." Así que yo le estaba diciendo "tch, tch," y el caballo seguía corriendo cada vez más velozmente. Una de las jóvenes del grupo, que había nacido en India se dio cuenta de como le estaba hablando a mi caballo, y corrió hasta mi lado y me gritó, "No le grites como se hace en India - dile "Whoaa." Así que le dije al caballo "Whoaa," ¡y se paró inmediatamente! Así que, como ves, hasta los animales más comunes tienen diferentes manierismos y son diferentes de los vuestros.
Así que Jesús dijo, " Si tuviereis fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería." ¿Qué tiene que ver el árbol sicómoro con la semilla de mostaza? , Y ¿qué tiene que ver la semilla de mostaza con la fe? - Vamos a pensar en el árbol sicómoro, y ver qué tipo de árbol es en el Oriente. En América, por ejemplo, el sicómoro es un árbol muy grande, que no produce fruto, sin embargo en el Oriente, un sicómoro es un árbol con la apariencia en altura y anchura de un peral inglés o de un ciruelo. El árbol sicómoro de Oriente es la higuera salvaje, y produce frutos seis veces al año. Pero la gente en el Oriente desprecia sus frutos, y no quieren comerlos. ¿Por qué ocurre esto? ¡No lo sé! Pero aun en el caso que un hombre no tenga nada para comer en el espacio de dos semanas, no querrá ser visto subiendo a un sicómoro, por miedo de que la gente piense que está comiendo de sus frutos. Y si un hombre se sube a un árbol sicómoro, serviría de insulto para las personas. Dirían entre sí murmurando: "Pobre Juanito debe haber caído en la desgracia, no debe haber comido nada desde hace semanas y semanas. Su pobreza es tanta, que se ha perdido a sí mismo todo el respeto y dignidad, para subirse así como se ha subido en un árbol sicómoro para comer de su fruto."
Por eso leemos en el capítulo 19 de Lucas acerca de Zaqueo subiéndose a un árbol sicómoro para ver a Jesús cuando pasaba por el camino, porque era de baja estatura. Pero si él hubiera querido haberse alzado para ver pasar a Jesús, ¿por qué no se subió a alguna azotea encima de los tejados de las casas o se subió encima de un burro? En el Oriente, si alguien quiere ver pasar una persona por la calle, siempre se sube a la terraza de alguna casa sin pedir permiso. Nunca tenemos una puerta interior para acceder a la terraza, así que, si alguien viene y lo encuentro en mi azotea, probablemente no lo conozca, y si no lo conozco, ni sé lo que está haciendo, tampoco le pregunto por qué se encuentra allí. Si hay alguien importante que esté pasando por la calle, se subirán centenas de personas a las terrazas para verlas pasar. En Oriente, las personas, se suben mucho más fácilmente a las terrazas de las casas, de lo que se suben a los árboles sicomoros.
Hay mucha gente en el Oriente que se sube en camellos o burros, para alzarse y ver a la gente que está pasando. Zaqueo era un hombre rico y pudo perfectamente haberse subido en un burro, si hubiese querido ver a Jesús. Además, ¿por qué no se subió a otro tipo de árbol, en vez de un árbol sicomoro, si quería quedar en alto y ver simplemente a Jesús? Las respuestas a estas preguntas se hallan en que Zaqueo era un publicano y rico, quien, cuando escuchó que Jesús estaba pasando, pensó para sí: "Voy a humillarme a mí mismo. Si me subo a un árbol sicómoro, la gente va a suponer que estoy recolectando sus frutos, y en sus corazones, me despreciarán. Murmurarán contra mí, pero no me importa nada, porque sé que Jesús me verá subido cuando pase."
Jesús llamó a Zaqueo porque lo vio subido al árbol sicómoro, y supo cuan bajo había descendido en su humillación, subiéndose en aquel árbol. Jesús una vez dijo: "Cualquiera que se humille como un niño, ése es el mayor en el reino de los cielos" (Mateo 18:4). Así que Jesús se fijó en este hombre humilde, y le exaltó. Yo no sé si te das bien cuenta de que este acto que hizo Zaqueo expresa en sí mismo, una gran humildad. Todas las personas decían: "Pobre Zaqueo, Está medio tonto. Siendo un hombre rico, ¡mira como se encuentra ahora!"
Jesús, siendo hijo de Dios, sabía el sacrificio que este hombre había hecho; Jesús siendo Oriental sabia también la humildad que estaba manifestando este hombre; por tanto, él llamó solamente a un hombre, a Zaqueo, el hombre subido en el árbol sicómoro, y le dijo, "Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa." Jesús sabía que allí había un hombre que se había despojado de todo su orgullo, y le había hecho un hueco en su corazón, porque, "El Señor mira lo que hay en el corazón." (1a Samuel 16:7). Zaqueo se despojó de todo su complejo de superioridad y orgullo; sabía lo que las personas estaban rumoreando de él, y no le importó tener esas dos ventajas con él. Jesús también sabía lo que las personas estaban diciendo de él, por eso lo llamó: "Date prisa y desciende."
Otra vez, en el capítulo 7 de Amós, se vuelve a hablar del fruto del sicómoro. Amós había estado predicando en Israel, y se le había pedido que volviese a Judá y que predicase allí. Entonces, en el versículo 14, Amós responde y dice: “Yo no era profeta, ni tan siquiera hijo de profeta; sino que soy boyero, y recojo higos silvestres (frutos del sicómoro)." En efecto. Amós estaba refiriéndose a que hacía el más sucio y bajo de los trabajos. ¡Pero Dios le había levantado a ser profeta! Dios ha escogido a los necios, a los débiles, a las cosas básicas, hasta un hombre que coge frutos de sicómoros para llenarse la barriga con lo que tiene; ¡porque ninguna carne se gloriará en Su presencia! Dios siempre escoge la gente "inútil," que no sirve para nada, y hace que ellos vengan a ser algo importante para Él, y le pone por encima de la casa, avisando a los hombres de que huyan de la ira venidera. En este día, cuando la cosecha viene, vendrá a través de alguien que Dios escoja que esté recolectando frutos sicómoros, ¡cuyo nombre no se conozca para nada en la sociedad, que nunca haya ido a la escuela! Ese alguien, Dios llamará, Dios salvará, Dios santificará, Dios llenará de Su espíritu santo, y Dios le enviará a las terrazas de las azoteas de las casas para que pueda declarar el consejo de Dios, y reyes y reinos temblarán. ¡Esto es lo que va a suceder! La cosecha no se efectuará por medio de ningún tipo o modo de religión, sino que la cosecha se llevará a cabo por un hombre de Dios a través de la Palabra, a través de un Ezequiel, a través de un Juan, a través de un Amós, que era un inútil! ¡Esa es la manera como Dios hace las cosas, escogiendo a alguien que no es provechoso, y haciéndolo bueno!
Así, pues, ¿Qué fue lo que quiso decir Jesús cuando dijo, "Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, podrías decirle a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar, y os obedecería?" Es que, aunque el árbol sicómoro es un árbol pequeño, tiene enormes e innumerables raíces. Tiene muchísimas raíces que se encuentran diseminadas a gran distancia de su copa y a mucha profundidad, tanto es así que no hay hoy en día un tractor suficientemente potente que consiga arrancarlo, sin dejar sus raíces detrás. Sin embargo, con la fe de un grano de mostaza, es posible realizar dos milagros; en primer lugar se puede arrancar de raíz al sicómoro; y además plantarlo en el mar. Un solo acto de fe, como el de la semilla de mostaza, hará dos cosas imposibles. Esto es posible para cualquiera de nosotros, si tenemos la fe.
Muchos creyentes dicen, "Yo no tengo una fe así tan grande." Pero un creyente nunca debería decir tal cosa, porque tú tienes esa fe, de otra manera, ¿Cómo podrías haber sido salvo? La única manera de ser salvo es ser salvo por fe. Tú fuiste salvo por fe, y si tu confiesas que "eres salvo", “!entonces tienes fe! Cuando se tiene fe suficiente para ser salvo, que es el primer milagro, entonces se tiene la fe suficiente para resolver todos los problemas también. Esa fe también la tienes contigo. Esta era la verdad que Jesús le estaba queriendo decir a sus discípulos, que tú no necesitas que tu fe te sea aumentada, porque si tú tienes una fe aunque sea muy pequeña, tú le puedes decir a un árbol sicómoro que se desarraigue, y te obedecerá. Con la fe que tiene el creyente, ¡él puede hacer lo que parece imposible!
Oh mis queridos hermanos y hermanas, hay muchos de nosotros que hablamos acerca de nuestros problemas y perdemos el tiempo con nuestros problemas, pero ¿Tienes tú tantos problemas como raíces tiene el árbol sicómoro? Muchos de nosotros pensamos que nuestros problemas son tan numerosos, o tan grandes para que el Señor los puede resolver, pero echemos un vistazo a las raíces del árbol sicómoro, son millares de ellas, algunas tan duras como mi pulgar, y otras tan finas como mis cabellos; algunas son profundas, muy profundas y arraigadas, pero por fe tu puedes desarraigarlas todas. Así que no importa cuán profundas, cuan antiguas, cuan grandes, son tus dificultades; no importa cuán grande es la deuda que tienes; no importa cuán diseminado esta el cáncer que tienes; no importa lo que te hayan dicho de él tus médicos; no importa lo mal educados que sean tus hijos; no importa cuán poderosos o cuan numerosos sean tus enemigos; no importa cuán poco dinero tienes, ¡tú puedes tener tantos problemas como un árbol sicomoro tiene raíces! Nuestros problemas son similares a las raíces de un árbol sicómoro, en que si tenemos un poco de fe, podemos decirle a nuestros problemas, "Desarraigaros en el nombre de Jesucristo," ¡y serán desarraigados y se esfumarán en Su nombre!
Seguro que estás pensando, "Puede que sucediese con el árbol sicómoro, pero mis problemas son demasiado grandes." No digas tal cosa. No te limites así a ti mismo, y no engrandezcas así tus problemas. Por hablar acerca de pequeños problemas, hacemos que se hagan más, y más, y más grandes, y en poco tiempo estaremos diciendo: "No creo que Dios pueda remediarlo ahora." Muchos de nosotros limitamos y subestimamos el poder de Cristo, y ¡un creyente nunca debería ser culpable de hacer algo así! Cree en el todo poderoso Cristo que puede resolver todos tus problemas, entrégale todos tus problemas a él y espera de él que los resuelva, y cuando los resuelva todos, ¡dale la gloria a Dios, y dale la gloria a través de Cristo! Acuérdate, ningún problema tiene tantas raíces como un árbol sicómoro.
QUE TENGAN UN HERMOSO Y GRAN DÍA, QUE DIOS LOS SUPER BENDIGA Y NUNCAAA SE OLVIDEN DE H.E.L.
OTRA LECCION PARA LA VIDA DE ALIENTO Y LA VIDA ESPIRITUAL